Ámsterdam, con sus encantadores canales y vibrante vida urbana, fue el escenario perfecto para nuestra escapada de tres días. ✈️✨ Viajamos juntos: mi pareja, mi hermana, una amiga y yo, con ganas de explorar cada rincón de esta fascinante ciudad.
Nuestro viaje comenzó con la maravilla de los tranvías 🚋. Estos pequeños gigantes eléctricos nos llevaron a través de calles adoquinadas y sobre los característicos canales, proporcionando una manera cómoda y pintoresca de movernos por la ciudad.
Uno de los puntos culminantes de nuestra aventura fue, sin duda, la visita al Museo Van Gogh 🎨. Sumergidos en la obra del maestro, quedamos maravillados por la intensidad y el color de sus pinturas. Caminar entre sus obras más famosas, como 'Los Girasoles', fue una experiencia emotiva. Salimos del museo con una nueva apreciación por su genio.
Nuestros paseos por el Barrio Rojo y Jordaan revelaron la diversidad y el carácter de Ámsterdam, desde su historia hasta su vibrante vida nocturna.
Pudimos disfrutar de un par de restaurantes, fueron acogedores, donde la cocina internacional y los sabores locales se mezclaron de manera deliciosa 🍽️.
Tres días pueden parecer poco, pero en Ámsterdam, cada momento está lleno de descubrimientos y sorpresas.
Nos dio tiempo a escaparnos una mañana a conocer Zaandam, con sus icónicas casas de madre repletas de colores y tambien los molinos de Zaanse Schans.
Volvimos a casa con los corazones llenos, recuerdos inolvidables y el deseo de no parar de viajar.
Ámsterdam, gracias por los recuerdos. ❤️